Está claro que nadie comienza el día con la previsión de sufrir un accidente doméstico. El riesgo, no obstante, siempre está ahí.

Es por ello que disponer de un seguro de hogar es la forma más segura de evitar que se disparen los gastos.

Descubre a continuación cuáles son las situaciones más habituales y la cobertura de un seguro de hogar ante un accidente doméstico.

¿Un seguro de hogar cubre accidentes domésticos de todo tipo?

Aunque hay una serie de coberturas básicas, no todas las pólizas son iguales. En esta línea, algunos de los accidentes más frecuentes ante los que deberías estar asegurado son:

1 – Daños por agua

Este tipo de incidencia es una de las más frecuentes a nivel de comunidades. Una cañería rota puede afectar no solo a las instalaciones de tu vivienda, sino también a la propiedad de un vecino o a alguna zona común.

Por eso, antes de contratar un seguro de hogar, revisa bien el límite monetario de la cobertura y asegúrate de que incluya las humedades causadas por lluvias.

Cuando hay problemas de este tipo es fundamental poder identificar si la humedad proviene de un caño privativo o de una bajante comunal.

En el primer caso, es tu seguro el que deberá hacerse cargo, mientras que si la gotera proviene de una tubería compartida será la Comunidad de Propietarios quien tendrá que arreglarla.

2 – Daños eléctricos

El seguro de hogar debería cubrir también accidentes domésticos provocados por una sobrecarga.

Se considera daño eléctrico todo aquel desperfecto, pérdida de información o avería de electrodomésticos que se produce a raíz de un cortocircuito o de una subida y bajada de tensión.

En estos casos suelen tener cobertura tanto el dispositivo averiado como su contenido (por ejemplo, los alimentos estropeados de la nevera).

Igualmente, las pólizas suelen poner un tope de edad a los electrodomésticos. Lo más habitual es que no se contemplen aparatos de más de 10 años de antigüedad.

3 – Fenómenos atmosféricos

Los estropicios generados por ciertas inclemencias del tiempo también se consideran un accidente doméstico para el seguro de hogar.

Concretamente, los límites de cobertura para daños por viento se activan cuando se superan los 96 kilómetros por hora en algunos tipos de póliza y a partir de 80 km/h en otros.

Para que el seguro cubra los efectos de lluvias abundantes, estas deben sobrepasar los 40 litros por metro cuadrado en la mayoría de casos. En este punto debe analizarse si están cubiertos tanto el continente como el contenido.

4 – Daños por rotura de cristales

En el contrato suele hacerse un listado con todos los elementos de cristal del hogar que puedan llegar a romperse, como puertas, ventanales, barandillas o campanas de cocina.

Los límites económicos para la cobertura dependen de dos factores:

  • Si la cobertura por siniestro es de tipo general, incluye la rotura de uno o más elementos de cristal hasta un cierto valor. En caso de que se supere este límite, el asegurado deberá hacerse cargo de la diferencia.
  • Si, por el contrario, se asegura por una cuantía determinada, se asigna a cada objeto un valor máximo dentro de la póliza. La aseguradora solo pagará este coste estipulado.

5 – Daños por incendios

Esta cobertura es obligatoria cuando se trata de una propiedad hipotecada. Las causas de este tipo de siniestros, contempladas por la mayoría de las aseguradoras, son las siguientes:

  • Defectos en la instalación del sistema de gas
  • Explosión de bombonas
  • Una estufa colocada de manera incorrecta
  • Una sartén que se ha dejado olvidada en el fuego
  • Un cigarrillo mal apagado o dejado en un lugar incorrecto
  • Cortocircuito o sobretensión de la red eléctrica
  • Combustión de electrodomésticos

6 – Responsabilidad Civil

Finalmente, la responsabilidad civil ofrece cobertura ante daños materiales o personales a terceros por acciones involuntarias o desperfectos que tengan origen en tu propiedad.

Es el caso, por ejemplo, de un incendio que afecte a una vivienda vecina o la caída de una maceta que cause daños en un coche.

Hay diversos tipos de responsabilidad civil, aunque es importante que esta cubra tanto la responsabilidad familiar como la inmobiliaria.

En resumen: antes de contratar cualquier seguro, incluyendo el de hogar, es necesario analizar con tiempo y cuidado todas las cláusulas del contrato.

De este modo, evitarás sorpresas cuando surjan accidentes domésticos y conocerás el alcance de cada supuesto.

Fíjate bien en los límites monetarios de cada uno de ellos, pues muchas veces una póliza más económica esconde topes bajos que pueden causarte mayores costes que lo esperado. Ante cualquier duda consulta con tu asesor o ponte en contacto con nosotros.